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El Gobierno celebra la vuelta a los mercados y apuesta por un dólar estable hasta las elecciones

La exitosa colocación de un bono en pesos con suscripción en dólares entusiasma al equipo económico. La operación refuerza reservas, da señales de confianza a los mercados internacionales y alimenta la estrategia oficial de mantener la calma cambiaria en un año electoral.
Balance positivo para el Gobierno tras licitación de bono en pesos suscripto por inversores internacionales
Por primera vez en siete años, la Argentina logró colocar un bono en pesos con participación de inversores extranjeros, en una operación que el Ejecutivo considera clave para su estrategia de regreso a los mercados internacionales de crédito voluntario.
El bono Bonte 2030, emitido en pesos y suscripto en dólares, permitió sumar USD 1.000 millones a las reservas del Banco Central, un refuerzo financiero que el equipo económico celebra como un paso firme en el sendero de estabilización.
“Excelente noticia. Poder refinanciar vencimientos de capital es trascendental”, publicó el ministro de Economía Luis Caputo en su cuenta de X. Desde el Banco Central, Federico Furiase remarcó: “Damos la señal de vuelta a los mercados internacionales”.
El Presidente Javier Milei también se mostró optimista. Días atrás adelantó que si el riesgo país cae entre 50 y 70 puntos, el país estaría en condiciones de emitir nuevamente deuda en Wall Street. La licitación del Bonte 30 representa, en ese sentido, una muestra de confianza de parte de los inversores.
Una tasa que abrió el debate
El rendimiento del bono —29,5% anual en pesos— fue mayor al que preveían algunos analistas, lo que generó matices en la lectura del resultado.
El economista Amílcar Collante consideró que la tasa otorgada “choca con el discurso del colapso de la inflación a mediados de 2026”. Para Gabriel Caamaño, de Outlier, el mercado “castigó al nuevo título porque el rendimiento quedó bien por encima del valor de mercado de un bono similar”.
Sin embargo, en el Gobierno relativizan estos cuestionamientos y destacan que el objetivo principal —reforzar reservas y dar una señal de confianza a los mercados— se cumplió.
Un plan financiero en marcha
La operación también encaja con otro de los objetivos del Ejecutivo: mantener el tipo de cambio estable hasta las elecciones de medio término.
Con un riesgo país que, aunque alto, muestra tendencia a la baja, y una inflación que según consultoras privadas rondará el 2% en mayo, el equipo económico cree que es posible mantener el “dólar planchado” al menos hasta fin de año.
Monitoreos privados incluso detectaron productos que bajaron de precio en mayo. Esta tendencia, aseguran en el entorno de Milei, refuerza el relato oficial de una inflación controlada y una economía que se reordena bajo nuevas reglas de juego.
“Esto no es solo una señal financiera, sino un mensaje claro: el camino elegido es el correcto”, aseguran en el entorno del Presidente.
¿Una nueva operación fuera de agenda?
Aunque los números no habilitarían, por ahora, una salida masiva al mercado internacional de deuda, en Casa Rosada no descartan una nueva movida fuera de agenda si las condiciones siguen mejorando.
El objetivo sería dar otro “golpe de efecto” financiero que potencie la narrativa oficial de regreso al mundo. Por lo pronto, el Gobierno se enfoca en mostrar que puede administrar sin financiamiento del BCRA, cumplir con sus metas de superávit fiscal y sumar reservas sin depender exclusivamente del agro.