Aranceles de EE.UU. en 2025: nuevo orden comercial, impacto al consumidor y tensiones globales

El 7 de agosto de 2025 entró en vigor en Estados Unidos un nuevo régimen arancelario global, que afecta a la mayoría de los países exportadores, incluida la Argentina. Las tasas aplicadas ahora se ubican en un rango de 10% a 100%, dependiendo del producto y del origen, con el objetivo declarado de proteger la producción interna norteamericana bajo una política de “aranceles recíprocos”.

Para Mendoza, que tiene a Estados Unidos como su segundo destino de exportación después de Brasil, este cambio representa un desafío inmediato. En 2023, las ventas provinciales hacia este mercado superaron los 250 millones de dólares FOB, y en el primer semestre de 2024 ya registraban un aumento interanual del 21%, alcanzando los 172,8 millones de dólares.

Argentina y el nuevo esquema arancelario

Argentina enfrenta un arancel del 10% adicional sobre el que ya pagan sus productos, aunque algunas economías regionales podrían negociar una reducción o incluso el acceso a una tasa del 0%. El punto crítico es que más del 82% de lo exportado desde Mendoza a EE.UU. corresponde a manufacturas de origen agropecuario, con el vino fraccionado a la cabeza (167,4 millones de dólares en 2023). El resto incluye mosto concentrado, ajo, aceite de oliva, puré de frutas y frutos secos.

Impacto estimado en precios y competitividad

De acuerdo con proyecciones internacionales, el arancel promedio efectivo aplicado por EE.UU. sube ahora al 18,6%, el nivel más alto desde 1933. En el mercado estadounidense, se estima que los consumidores absorberán hasta dos tercios del costo adicional, lo que podría encarecer productos importados como el vino y reducir la competitividad de Mendoza frente a competidores con mejores condiciones arancelarias.

Un mercado de 50 Estados con reglas distintas

Es importante recordar que en Estados Unidos cada Estado es un mercado independiente, con sus propios impuestos y registros de comercialización, especialmente en el caso de bebidas alcohólicas. Esto significa que, además de los aranceles federales, las bodegas mendocinas deben adaptarse a regulaciones locales específicas, lo que eleva costos y complejiza la estrategia comercial.

Oportunidades en medio de la tensión

A pesar de la coyuntura, Estados Unidos sigue siendo un mercado de alto valor agregado para Mendoza, que reconoce la calidad de sus vinos y productos agroindustriales. Un trabajo conjunto entre el sector privado y el gobierno provincial podría acelerar negociaciones para incluir a determinadas economías regionales en la lista de excepciones arancelarias.