Argentina llega a Wine Paris 2026 con una propuesta que refleja su evolución como potencia vitivinícola. Ya no se trata solo de mostrar vinos de calidad: se trata de demostrar por qué el país se ha convertido en un actor imprescindible del mapa mundial.

Un mercado europeo que busca nuevas identidades

Europa, tradicionalmente dominada por productores históricos, atraviesa un cambio profundo. Las nuevas generaciones demandan vinos más expresivos, sostenibles, con historias auténticas y variedad de estilos. En ese contexto, Argentina se posiciona como un origen “nuevo” para Europa, pero con una madurez enológica capaz de competir con los grandes.

La presencia en Wine Paris se vuelve estratégica para reforzar atributos como:

• Altura y diversidad de terroirs: desde el Valle de Uco hasta el Norte extremo argentino.
• Innovación constante: microvinificaciones, crianzas alternativas, vinos naturales, baja intervención.
• Sustentabilidad: prácticas responsables, certificaciones y modelos productivos que cuidan el ambiente.
• Calidad-precio: uno de los más competitivos del mercado global.

Mendoza como motor de la expansión internacional

Mendoza impulsa más del 75% de las exportaciones argentinas de vino. En París mostrará la madurez de su ecosistema: bodegas grandes, medianas y boutique alineadas en la construcción de una marca país sólida, moderna y con visión global.

Una audiencia internacional clave

Wine Paris reúne a los decisores del negocio del vino:
importadores, distribuidores, cadenas de retail, sommeliers, influencers, hoteles y restaurantes. Para las bodegas argentinas, es la oportunidad de impactar en el corazón del Viejo Continente con vinos que combinan tradición, ciencia y carácter.

En 2026, Argentina busca no solo participar, sino reafirmar su liderazgo emergente y seguir conquistando mercados con vinos que cuentan historias verdaderas: las de su gente, su montaña y su tierra.